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El joven santiaguino tuvo la costumbre de oír Misa a diario y se mantuvo célibe toda su vida

Aniversario del asesinato de Jaime Guzmán, el padre de la derecha gremialista en Chile

José Luis Orella
Cuando Chile avanza en una nueva etapa histórica, bajo la presidencia del joven Gabriel Boric, un antiguo activista radical de izquierdas, y Chile afronta un futuro entre nubes de tormentas con un periodo constituyente difícil y sin acuerdos, nos acordamos de uno de los hombres que fueron más preclaros del campo de la derecha chilena, pero cuyo pensamiento con el tiempo ha sido olvidado por sus herederos. Pero ¿quién fue Jaime Guzmán?.
Jaime Guzmán Errázuriz, nació en Santiago, el 28 de junio de 1946. Hijo de Jorge Guzmán Reyes y Carmen Errázuriz Edwards, miembros de la alta sociedad santiaguina, siendo nieto de diputado conservador Maximiano Errázuriz Valdés. Estudió en el Colegio de los Sagrados Corazones de Alameda, egresando en 1962. A los 16 años ingresó a la Escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile. En 1968 se licenció con distinción máxima, recibiendo los premios "Monseñor Carlos Casanueva" y del Instituto de Ciencias Penales. Su tesis de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales se tituló: "Teoría sobre la universidad". En poco tiempo fue profesor titular de Teoría Política y Derecho Constitucional, que ejerció hasta el día de su fallecimiento en la Pontificia Universidad Católica de Chile. También formó parte de sus órganos directivos. Durante diez años (1975-85) fue profesor de Ciencia Política de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE).
Entre 1971 y 1973, fue parte del directorio de la Corporación de Televisión de la Universidad Católica, pero también participó en varios programas de televisión, donde logró celebridad por su debates y agudas puntualizaciones. También fue columnista y comentarista en las revistas Fiducia, Portada, Qué Pasa, y el diario La Segunda, entre otros.
Jaime Guzmán, proveniente de una familia amante de la política, pronto participó en la juventud del Partido Conservador y del grupo católico Fiducia. El joven santiaguino tuvo la costumbre de oír Misa a diario y se mantuvo célibe toda su vida, entregada al servicio de su país. En 1966, fue elegido vicepresidente del Centro de Alumnos de la Facultad de Derecho de la universidad. Asimismo, fue integrante del Consejo General de la FEUC y candidato a presidirla en 1967. En marzo de 1967, fundó el Movimiento Gremial junto a Hernán Larraín, Raúl Lecaros y Manuel Bezanilla, alcanzando la presidencia del Centro de Alumnos de su Escuela. En ese escenario, se opuso a la toma de la Casa Central de la Universidad Católica, ocurrida el 11 de agosto de 1967. Su movimiento reivindicaba el catolicismo social y el hispanismo, sintiendo una gran cercanía por la España de la época. En 1969 fue elegido presidente de la Juventud Alessandrista Independiente y colaboró en la campaña senatorial de Francisco Bulnes Sanfuentes. Favorable a la candidatura de Jorge Alessandri, se opuso firmemente al gobierno de la Unión Patriótica de Salvador Allende Gossens, establecido por socialistas, comunistas y cristianos por el socialismo. Hasta 1972 formó parte del Frente Nacionalista Patria y Libertad, que fue el grupo derechista que protagonizó las fuertes protestas contra el gobierno de izquierda.
El Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973, le confirió un papel relevante. Desde el 24 de septiembre de ese mismo año hasta el 5 de octubre de 1978, fue integrante de la Comisión para el estudio, elaboración y propuesta de un anteproyecto de una nueva Constitución Política del Estado. En este mismo periodo, fue designado miembro del Consejo Nacional de Televisión de la Universidad Católica de Chile. Entre 1973 y 1982, fue asesor político del General Augusto Pinochet, participando en la redacción de sus discursos y en la orientación política e institucional del régimen.
En 1975, junto a otros jóvenes gremialistas, fundó el Frente Juvenil de Unidad Nacional, como organismo de masas que respaldase al régimen de Pinochet. Dos años más tarde, en julio de 1977, redactó el Plan de Chacarillas, que estableció un cronograma para la transición política a la democracia bajo ciertas condiciones, eliminados los radicalismos ideológicos. Fue uno de los redactores principales de la Constitución Política de 1980. Jaime Guzmán era discípulo del alemán Carl Schmitt, quien a su vez lo era del español Donoso Cortés, quienes se mostraban favorables a un interregno autoritario que eliminase los peligros revolucionarios y pudiesen devolver a la sociedad a su marco liberal democrático. Incluso en la historia de Chile, tenía el precedente de Diego Portales, muestra de un ejecutivo fuerte que reforzase los cimientos del Estado de Derecho.
En 1983, Jaime Guzmán fundó la Unión Demócrata Independiente, que presidió hasta 1987, y nuevamente entre 1988 y 1990. Asimismo, fue vicepresidente de Renovación Nacional, luego de que el Movimiento de Unión Nacional (MUN), presidido por Andrés Allamand, propusiera al Partido Nacional, a la Unión Demócrata Independiente (UDI), liderada por Jaime Guzmán, y al Frente Nacional del Trabajo, dirigido por Sergio Onofre Jarpa, unirse en un mismo partido que abarcarse toda la totalidad del abanico de la derecha chilena. Sin embargo, después la UDI se separó de RN en marzo de 1988. El 3 de mayo de 1989 se constituye la primera directiva de la UDI, siendo integrada por Jaime Guzmán Errázuriz como presidente; Jovino Novoa Vásquez, Francisco Bartolucci Johnston, Eugenio Cantuarias Larrondo, Julio Dittborn Cordua y Joaquín Lavín Infante, como vicepresidentes y como secretario general, Pablo Longueira Montes.
Jaime Guzmán poyó la opción "SI" en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988, sobre la permanencia del general Pinochet al mando del país. En las elecciones parlamentarias de 1989, fue candidato al Senado en representación de la Unión Demócrata Independiente, en el pacto electoral Democracia y Progreso, por la 7ª Circunscripción Santiago Poniente, donde fue electo con 224.396 votos. Su partido defendió un conservadurismo moral, apoyando la vida y la familia, y la economía de mercado en su versión de la escuela de Chicago, perteneciendo a su partido la mayoría de los denominados “chigago boys”, economistas que terminaron sus estudios en los Estados Unidos, de donde vinieron durante el periodo dictatorial, transformando la realidad económica chilena.
Jaime Guzmán, desde 1990, quedó posicionado como el líder de la oposición derechista y se convirtió en una de las voces más críticas del nuevo gobierno democrático, y especialmente contra las acciones terroristas desarrolladas por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, brazo armado del Partido Comunista Chileno, que había asesinado a varios carabineros y militares, pero también políticos, como el carismático alcalde de la comuna de La Granja, Simón Yévenes, asesinado el 2 de abril de 1986. Los fuertes ataques contra los actos delictivos de los sicarios comunistas, provocaron que desarrollase un plan que ya tenían preparado unos años antes, la eliminación del propio líder de la derecha chilena.
El 30 de marzo de 1991 fue herido a tiros por un comando del Frente Patriótico Manuel Rodríguez FPMR, cuando salía de impartir clase en la facultad de Derecho en el Campus Oriente de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Murió el 1 de abril de 1991 en Santiago. El gobierno declaró duelo oficial por dos días en el territorio nacional. La Ley N° 19.205, publicada el 6 de febrero de 1993, autorizó a erigir dos monumentos en su memoria en las ciudades de Santiago y Valparaíso.

 

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