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desde el mismo momento de su aparición fue vista como un peligro latente

LA MÍSTICA CIUDAD DE DIOS: EL LIBRO PARA EL MES DE MARIA (I)

Fidel Garcia Martínez. Hablar  de Sor Maria Jesús de Agreda, es centrarse en su magna obra La Mística Ciudad de Dios. Obra polémica que ha otorgado a su autora una sospechosa proyección universal, tanto a favor como en contra. Obra que ha sido objeto de prohibiciones y anatemas, incluso dentro de la Iglesia Católica, lo que ha provocado, que el proceso de beatificación de esta singular mujer, haya sido ocultado y duerma, nunca mejor dicho, el sueño de los justos.

Esta obra singular ha sido tema no tratar de la intensa y extensa obra literaria de Sor María de Jesús  solo de exigentes estudios puramente literarios, relacionados con su género y finalidad, sino de graves y tendenciosos análisis teológicos dogmáticos. No faltan quienes con una autosuficiencia sospechosa  han afirmado que se trata de una ficción descontrolada, fruto de una mente  próxima al quietismo de iluminados barrocos, que no merecería la pena ningún análisis coherente.

Para la Critica literaria racionalista que sostiene sin mas fundamento que la sospecha, frente a todo lo que no sea puro positivismo controlable y experimentable en los laboratorios lingüísticos del neopositivismo lógico, La Mística Ciudad de Dios sería lo que San Juan de la Cruz llama dislate, a sus propias obras como El Cántico Espiritual es decir, algo absurdo y sin sentido de lo que no se puede ni debe hablar y se debe callar. No faltan los que denostan y detestan esta obra maestra de la mística experimental con el pretexto de que se trata de un obra escrita por una monja encerrada en un convento barroco, sito en Ágreda. Un lugar de la España profunda, castellana e inquisitorial, según los tópicos de la  leyenda negra  más cutre cuanto más ignorante. Y para más despropósito sería  obra de una monja sin ninguna preparación reglada, oficial y universitaria. Pero resulta más llamativo que una monja sin las capacidades que ellos - críticos sagaces- se dan a sí mismos y niegan a los demás, haya escrito una obra tan singular. Son un poco llamativas las afirmaciones de un autor  como JL. Alborg cuando  sostiene: “La Mística Ciudad de Dios, es una extraña obra que junta en forma de novela realista la novela y libro de devoción, la leyenda piadosa y la falsa historia, la verdad bíblica y la fantasía mística - matiza este juicio, afirmando- no debe suponerse, sin embargo, nacida de ningún propósito de impostura”.

La Mística Ciudad de Dios desde el mismo momento de su aparición fue vista como un peligro latente. Llegó a tanto este rechazo que a  los pocos años  de ser escrita 1637, la misma autora la destruyó por miedo a la Inquisición. Se prestó a toda clase de malos entendidos empezando por el mismo título. Según la costumbre de la época barroca del siglo XVII, los autores en  afán de captar la benevolencia de los posibles lectores  solían poner a sus obras títulos ampulosos y llamativos, en los que se presentaba una especie de sinopsis del contenido del libro en cuestión. Esto se ve perfectamente en la obra de Sor María de Jesús, que dice así: “Mística Ciudad de Dios. Vida de María. Milagros de Nuestra Señora, María Santísima, Restauradora de la culpa de Eva. Medianera de la gracia. Dictada y manifestada en estos siglos por la misma  Señora a su esclava Sor Maria  de Jesus. Abadesa indigna de este convento de la Inmaculada Concepción e la Villa de Ágreda. Para la nueva luz del mundo. Alegría de la Iglesia Católica y confianza de los mortales”