El barco del proyecto y la economía europea, tan acostumbrado en los últimos años a atravesar las tormentas más salvajes que ningún viejo lobo de mar pueda recordar, vuelve a zona de peligro después de un verano más bien plácido.

En el horizonte, el buque dirigido entre Angela Merkel, Mario Draghi y… los acólitos de Angela Merkel, ya tiene sus tres retos del año. Uno, el del Brexit, que no se espera se vaya a solucionar pronto, y otros dos mucho más inminentes: las elecciones federales alemanas y, sobre todo, el referéndum (o no-referéndum) catalán por la independencia.

La solución al Brexit no se avista ni con catalejo

La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea parece seguir igual de atascada que hace más de un año, cuando la consulta al pueblo británico ofreció una sorprendente victoria de los partidarios del Leave. En una negociación entre el gobierno británico y la UE que se supone debería estar completada para el año 2019, por ahora, se han realizado muy pocos avances.

Tanto es así que, hasta el momento, no se ha llegado a ningún acuerdo y se sigue discutiendo sobre qué temas se deben abordar primero y cuáles deben ser apartados de la mesa de negociaciones hasta más tarde. El equipo de negociadores creado por el gobierno de Theresa May prefiere comenzar a tratar la futura relación entre ambas instituciones, mientras que Europa quiere dejar primero listo todo lo que tiene que ver con la factura que se le pasará al Reino Unido por el divorcio, el futuro estatus de los ciudadanos británicos en Europa y, también, el conflicto de la frontera con Irlanda.

Además, el débil gobierno de la tory Theresa May —gobierna en minoría gracias al apoyo del partido unionista norirlandés DUP— ya no solo se enfrenta a la UE, sino que también cuenta con enemigos dentro de su propia casa. Muchos y, algunos de ellos, muy poderosos. Esta semana, la City de Londres intensificaba su campaña contra el ejecutivo conservador y Morgan Stanley afirmaba que el gobierno actual no pasaría de 2019.

Entretanto, parece que el Banco de Inglaterra no subirá los tipos de interés de la libra hasta 2019, por lo que es probable que el euro siga subiendo frente a una moneda británica en declive en el par EUR/GBP.

El menor de los problemas: las elecciones federales en Alemania

Está claro que el euro se siente fuerte con Merkel y que cualquier cosa que no sea una victoria de la actual canciller del país germano afectará a la cotización de la divisa única europea. Las élites económicas se sientes seguras con la receta de la alemana y quieren seguir siendo fieles a ella, por mucha oposición que pueda generar en el resto de capas de la sociedad europea.

Hace unos meses, pudo parecer que el Partido Socialdemócrata liderado por Martin Schulz tenía opciones para arrebatarle el puesto de poder a Angela Merkel. Sin embargo, el paso del tiempo ha abierto una brecha insalvable entre ambos candidatos, y parece ser que la de Hamburgo repetirá presencia en el Palacio de Bellevue.

¿Y qué ocurre con Cataluña?

Tal y como exponía recientemente el diario online El Confidencial, los analistas del banco ING ya han expuesto sus dudas acerca del proceso independentista catalán. Según ellos, la incertidumbre ya está sembrada y todo lo que ocurra a partir de aquí puede tener un efecto enorme sobre el futuro de la economía europea. Al fin y al cabo, Cataluña es el motor de uno de los países más importantes a nivel económico en la UE y, de confirmarse su salida, abriría un proceso traumático ya no solo en España, sino en todo el continente.

Por supuesto, es posible que el euro comenzase a caer frente a sus pares más importantes —especialmente con el dólar norteamericano— de confirmase la posibilidad de que Cataluña abandonase España. Por ello, todo el que tenga inversiones en el mercado de divisas debe estar muy atento a toda declaración por parte de la Generalitat o del Gobierno central que pueda afectar al futuro del procés. El espectáculo está servido.