Ricardo Ruiz de la Serna. 15 de marzo. Los vascos han decidido hacer oposición en el Congreso. Esto es noticia porque –en general- los diputados del PNV han acompañado con voces poderosas y entonadas los cantos de sirena que el Gobierno ha entonado en el último año. Es cierto que le dieron algún susto al Presidente, pero todo quedó en nada. Ya se sabe que no hay dificultad que no se resuelva con unas transferencias o unos fondos para desarrollar políticas propias.

Sin embargo, la batalla abierta por la Lehendakaritza en Vitoria tiene en Madrid su frente del sur y es un campo de batalla formidable.

Así fue como el Diputado Sr. Erkoreka (PNV) empezó a repartir golpes dialécticos en la sesión de control al Gobierno y acusó al Presidente de utilizar la Justicia con fines electoralistas: Sobre estas elecciones (las del 1-M) pesará siempre la sospecha de que el Gobierno intentó instrumentalizar el Poder Judicial para ponerlo al servicio de sus intereses y expectativas electorales. La verdad es que estos señores del PNV –todo hay que decirlo- tienen muy mal perder y -si hubieran sido otros los resultados electorales en el País Vasco-  a buenas horas iba a decir el Sr. Erkoreka esta boca es mía, piensa el malvado cronista.

A la vista del panorama, el PSOE habla de geometría variable para describir el juego de sus alianzas –bueno, la ausencia de alianzas en realidad- para los próximos meses. Verás que risa cuando lleguen los presupuestos, murmura el cronista cuando escucha estas cosas. Para geometría la que te espera como descabalguéis al PNV de la poltrona.

El Presidente del Gobierno y el líder de la oposición mantuvieron un debate bastante frío para lo que uno puede encontrarse. Hablaron de Economía y el Sr. Rajoy acusó al Sr. Zapatero de la ineficacia de sus medidas; el Presidente arúspice respondió profético: se va a producir la recuperación a pesar de su escasa ayuda, señor Rajoy. El pontevedrés, que está más contento que unas pascuas con lo de Galicia y el País Vasco, respondió: Como usted dice que yo no le ayudo, voy a hacerlo. Le diré lo que tiene que hacer: En primer lugar, un cambio radical en sus políticas presupuestaria y fiscal, así como reformas estructurales. Y, segundo: tiene que cambiar su equipo económico. Ya no vale, al igual que la mitad de su Gobierno, que está instalado en la nada. Sí, seguro que se recupera, pero ¿cuándo? ¿A qué precio? Uno empieza a pensar que es más importante para nosotros lo que se decida en Washington, Pekín o Berlín que las decisiones tomadas en Moncloa. Si no, díganme que debe pensar uno cuando la Vicepresidenta dice tener una visión razonablemente positiva de la realidad española; indignada, la Sr. Saenz de Santamaríale señaló la puerta de la calle mientras le sugería tomarse un café para conocer la verdadera realidad española. La Vicepresidenta prescribió a la oposición un antitérmico para que fluyan mejor las ideas en las filas de los populares.

El Gobierno está solo y el propio Presidente parece una caricatura de sí mismo. La sonrisa de hace un año ha pasado a ser un rictus. Por los pasillos se escucha –como un eco lejano- la voz de este Presidente que parecía jugar al mus con el destino porque ganaba todos los órdagos. Las previsiones del Gobierno son como un sedante que calma los nervios pero no cura. Se han roto el muro que el Gobierno había levantado frente al PP y que durante cinco años se sostuvo. La debilidad del último año quedó compensada por los apoyos recabados  con esfuerzo entre los nacionalistas. Ahora, esos apoyos han cedido. El PNV anuncia una ofensiva y los tambores de guerra nacionalistas suenan de valle a valle y de puerto a puerto tocando a rebato porque viene Patxi López. Los ojos de todos están puestos en el País Vasco. La crisis y el número de parados avanzan sin freno Los policías se han echado a la calle en Madrid para reclamar que cumpla sus promesas de equiparación salarial. En plena crisis, UGT y CC..OO. no ceden un ápice en sus exigencias y los autónomos se le va a juntar delante del Congreso para recordarle que también ellos sufren la crisis y tiene derechos El crédito sigue sin fluir. Los pisos siguen sin venderse.  El PP ha resistido la ofensiva preelectoral e incluso contraataca en algún frente.

El Gobierno está solo.